
Este mes ha sido de valiosos
frutos y grandes retos, los mismos que con la visita del Padre Marcelo Farfán,
Inspector de los salesianos, pudimos ver valiosos detalles que nos animan a
seguir en la presencia de Dios.
Bueno, pasamos ya por la semana
santa con la Chiqui Pascua y la Pascua Juvenil, este espacio nos sirve para
volver a sentir ese sentimiento de alegría y de amor a la vez, que entregó
Jesús en la entrega por los demás. En esta ocasión es interesante por la unión entre
los grupos y casas del Oratorio, los scouts y la Fundación Karen Tatiana se va
haciendo más visible, en espacios de encuentro como el de este domingo de resurrección
que compartiremos en el amor de Cristo.
Sin embargo mientras vamos
caminando siempre nos pasa la cabeza la duda de: en realidad ¿Qué se necesita para ser un buen cristiano?
-Servir..?
-Muy buena respuesta…! Pero
mucha gente también sirve y se llena de fama por simplemente hacerlo, además muchos
no disciernen lo que hacen.
-Dar a quien más lo necesita…?
-Muy buena respuesta…! Pero también puedes hacerlo para hacerte famoso,
mmm como los políticos que entregan su camisetita en las comunidades pobres
para que les regalen su voto, a la final parece lo mismo, lo que diferencia es
que no hacen un discernimiento en la palabra de Dios.
-mmm…, Ayunar, dejar todo y seguir a Cristo
-Muy buena respuesta…! Pero como es que realmente se hace eso…? Claro que
fuimos salvados del pecado por Cristo para convertirnos en santos, pero en
realidad de alguna forma volvemos a faltar a Dios.
-mmm ya sé por dónde vas, ¿Te refieres a saber discernir mis actos en
la presencia de Dios…?
-De seguro a estas alturas, debes saber que la clave de un buen
cristiano está en su discernimiento con Dios, en permitirnos llegar a él y
orar, desahogarnos y contarle todo a Él, porque eso nos ayuda a ser felices
para corregirnos y conocer el verdadero sentido de nuestra existencia, el saber
para qué estoy llamado, el poder decir, “Dios me ha llamado a servir desde mi condición
de…”
-Dios nos ha llamado para ser felices, desde
nuestra manera de ser, buscamos el sentido a nuestro existir, quien es capaz de
darnos esa respuesta: Dios.
Muchos de nuestros actos nos
llevan a aprender y también a equivocarnos y la forma en la cual nosotros
podemos seguir adelante es en el contacto directo de Dios, pero de Corazón, por
eso decía Don Bosco: “Educar es cuestión del corazón”, aprender con el corazón puesto
en Dios.
Un buen mes de abril para todos.
David Tacuri
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