Capítulo 4
OBRAS
Y SERVICIOS DE LA PASTORAL JUVENIL SALESIANA EN LOS DIVERSOS AMBIENTES
JUVENILES
I. EL ORATORIO
– CENTRO JUVENIL
1. La originalidad del Oratorio Salesiano
Describimos
el Oratorio como obra particular, que hoy realiza la misión salesiana en el
campo de la educación informal, esto es, más libre y espontánea que la escolar
institucional.
Históricamente,
el Oratorio fue la primera de las obras estables de Don Bosco, que dio origen a
todas las otras. Los aspectos fundamentales del Oratorio – Centro Juvenil
salesiano se definen, por tanto, por la obra de Don Bosco y por su desarrollo
con respecto a otros modelos e instituciones de este género.
1.1 La inspiración original
El Oratorio de Don Bosco,
que tomó el nombre de una institución existente, se distinguió de otras que lo
habían precedido o le eran contemporáneas.
Son precisamente las
transformaciones hechas por Don Bosco, las que definen todavía hoy las características
de la pastoral oratoriana. Estas transformaciones se pueden describir así:
-
de
la prestación de un «servicio» de catequesis, a la presencia–participación en
la vida del joven con sus necesidades y problemas;
-
del
«tiempo limitado» al «tiempo pleno», ocupando toda la jornada del domingo y
prolongándose durante la semana mediante contactos personales y actividades;
-
de
un programa catequístico limitado a un programa educativo-pastoral integral; el
juego y otras formas de expresión juvenil como el teatro, la música y el canto,
la escuela y los grupos, son elementos de este programa;
-
de
la institución centrada en los adultos a la comunidad de muchachos centrada en
la participación juvenil, el estar junto, la apertura a todos;
-
de
la centralidad del programa a la centralidad de las personas y de las relaciones
interpersonales; y
-
del
carácter parroquial al impulso misionero, abierto a los jóvenes que no sabían
ni siquiera a qué parroquia pertenecían y no veían en la parroquia un punto de
referencia ni para su vida religiosa ni para sus problemas humanos.
1.2 La situación actual
El desarrollo y la extensión de la
obra de Don Bosco no han cambiado los principios inspiradores ni los rasgos
característicos del Oratorio salesiano, pero las situaciones socio-educativas y
los fenómenos que han modificado la condición juvenil exigen su puesta al día.
·
Algunas
manifestaciones son:
-
Ha
nacido una nueva concepción del tiempo
libre. Este ocupa cada vez más el centro de la vida de los jóvenes, en
numero de horas, en variedad de posibilidades y recursos, gracias a las nuevas
alternativas educativas y a las ofertas del mercado (consumismo); el tiempo libre ha llegado a ser una
característica cultural;
-
han
surgido nuevos ambientes y agencias educativas: el desarrollo del deporte, del
turismo juvenil, de la música y de los medios de comunicación social, el aumento
del asociacionismo cultural, social, recreativo, religioso… ofrecen nuevas
posibilidades de protagonismo juvenil;
-
las
mismas obras escolares se han preocupado de ofrecer iniciativas múltiples, que
van más allá de los aspectos estrictamente didácticos, propiciando una mayor
inserción en el territorio y con múltiples actividades de tiempo libre; y
-
al
mismo tiempo, ha aumentado la lejanía-extrañeza entre los jóvenes y la Iglesia,
entre la vida juvenil y las instituciones educativas y pastorales, que encuentran
dificultad para ofrecer una propuesta evangélica significativa a los adolescentes
y jóvenes.
1.3 Hacia
una nueva síntesis
La reflexión hecha por
los Capítulos Generales 20, 21 y 23 ofrece puntos de convergencia para toda la
Congregación.
Según ellos, el
Oratorio–Centro Juvenil se puede concebir de muchas formas, pero siempre con
algunas características esenciales:
·
Es
un ambiente de amplia acogida, abierto a una gran variedad de jóvenes, sobre
todo a los más alejados, con influencia en una amplia zona; con gran
diversidad de propuestas y de niveles de pertenencia; caracterizado por el
protagonismo juvenil y una relación personal tan significativa, que lo hace un
ambiente de referencia y de irradiación para los jóvenes del entorno.
El
Oratorio-Centro Juvenil en efecto, aun siendo una realidad unitaria por inspiración
y finalidad, distingue las etapas específicas de edad: muchachos, adolescentes
y jóvenes por la metodología, las propuestas, los objetivos concretos y los
espacios de acción.
·
Es
un centro capaz de ofrecer una auténtica educación
humana, que sabe captar los valores
positivos presentes en la sociedad y la cultura en la cual viven los jóvenes, y
favorecer su asimilación; en particular, una connotación característica del Oratorio
es la promoción de los refuerzos educativos de las más diversas formas de
empleo del tiempo.
·
Es
un programa de evangelización misionera prioritariamente dirigido a los jóvenes más
alejados, que les ofrece, a partir del despertar y la búsqueda de su exigencia
de vida y de compañía, un camino de educación en la fe, adaptado a su situación
y sensible a la realidad ecuménica e interreligiosa en la que viven.
·
Es,
por último, una presencia
cristiana en el mundo
joven y
en la sociedad civil (como obra
de frontera entre lo religioso y lo civil, entre lo secular y lo
eclesial), capaz de ofrecer respuestas educativas y evangélicas significativas
a los desafíos y a las urgencias más sentidas, en especial las que se refieren
a los alejados, y capaz también de
promover un ambiente de apertura intercultural, interracial, ecuménica e
interreligiosa.
Hoy, además, se abren
nuevas perspectivas para el Oratorio-Centro Juvenil para responder a exigencias
diversificadas por áreas geográficas, religiosas y culturales que viven los
jóvenes, como por ejemplo: los oratorios nocturnos, las presencias itinerantes
para jóvenes en riesgo, los oratorios de zona o barrio unidos en red entre ellos,
las presencias de tipo oratoriano gestionadas o guiadas enteramente por laicos
referidas al PEPS inspectorial.
2. LA
COMUNIDAD EDUCATIVO–PASTORAL
DEL ORATORIO–CENTRO JUVENIL
2.1
Características de la CEP del Oratorio–Centro Juvenil
La Comunidad Educativo–Pastoral
(CEP) en los Oratorios–Centros Juveniles tiene características propias que se
desprenden de su propia naturaleza, y se apoya sobre todo en un clima de
libertad, caracterizado por la acogida, la relación amigable y la participación
activa de los mismos jóvenes.
2.1.1.
Una incisiva presencia en el mundo de los jóvenes
·
La
CEP de los Oratorios–Centros Juveniles, como sujeto animador de esta dinámica
comunitaria, tiene las siguientes
características:
-
gran
capacidad de cercanía y participación
con el mundo juvenil, con atención en sus exigencias y necesidades;
-
flexibilidad y
creatividad
para adaptarse a la diversidad y espontaneidad del ambiente oratoriano;
-
pero,
al mismo tiempo, conciencia clara y
compartida de la propuesta y del proyecto
para favorecer la unidad de criterios y la convergencia de las intervenciones,
evitando la dispersión y el individualismo;
-
acogida
y atención a cada persona, superando
las relaciones meramente funcionales; y un
-
amplio
espacio para la participación y responsabilidad
de los mismos jóvenes;
2.1.2. El
protagonismo juvenil en la CEP del Oratorio-Centro Juvenil Salesiano
El
Oratorio es un espacio educativo pastoral especialmente adaptado para promover
una participación siempre más intensa en la vida de los jóvenes. Iniciamos el
diálogo con los muchachos desde los primeros encuentros, para motivarlos e
implicarlos siempre más y corresponsabilizarlos gradualmente en las actividades
y en los grupos que preseleccionan.
El
Consejo de la CEP del Oratorio-Centro Juvenil debe cuidar de manera especial
las estructuras de participación capaces de ofrecer a los jóvenes la más amplia
responsabilidad posible junto a los educadores adultos.
2.1.3 La
CEP abierta e inserta en la Iglesia y en la zona
·
El
Oratorio y el Centro Juvenil son momentos y lugares particularmente significativos, aunque no
sean los únicos, para acercarse a los jóvenes y promover su evangelización dentro de una pastoral de conjunto.
Muchos Oratorios–Centros
Juveniles pertenecen a una parroquia o son una presencia de Iglesia en una zona
pastoral.
Su inserción en la
Iglesia se manifestará en relaciones de mutua pertenencia. Por eso, será
necesario:
-
cualificar
el Proyecto Educativo–Pastoral Salesiano
del Oratorio en convergencia con las líneas de la pastoral diocesana
para ser una propuesta significativa de pastoral Juvenil;
-
estar
insertos responsablemente en las distintas estructuras de participación (consejo pastoral de la
parroquia y/o zona), aportando la propia sensibilidad y preocupación juvenil; y
-
compartir
iniciativas, momentos de diálogo, programas educativos y pastorales con las
comunidades parroquiales de la zona favoreciendo el mutuo enriquecimiento.
·
El
Oratorio–Centro Juvenil es también una presencia
misionera en el mundo juvenil;
Por esto su relación con el territorio
debe ser estrecha: una comunidad oratoriana que sepa dialogar con la realidad
circundante, con las instituciones sociales y educativas del barrio y de la
ciudad y favorecer su transformación. He aquí algunas acciones significativas
en este sentido:
-
conocer
la zona,
-
establecer
conexión y acuerdos de colaboración con otras realidades sociales y eclesiales,
que actúan en la zona;
-
los
momentos de «puertas abiertas» y disponibilidad de los locales para actividades
de la zona, adaptadas a la finalidad del Centro;
-
el
esfuerzo creativo de programación y de propuesta en favor de la zona, y
-
la
participación conjunta con otras organizaciones que colaboran en la Pastoral Juvenil.
2.2 La
animación de la CEP del Oratorio–Centro Juvenil
Siendo la CEP del
Oratorio–Centro Juvenil una realidad abierta y participativa, tiene necesidad
de una animación sistemática, que garantice la identidad salesiana clara y
segura en la continua adaptación a las variables necesidades juveniles, y de un
sistemático proceso educativo, que dé unidad y articulación a la pluralidad de
propuestas y experiencias.
2.1.1 Algunos elementos
fundamentales de esta animación
·
Organizar
a los jóvenes en diversos grupos de actividad y de formación según sus intereses;
promover la más amplia responsabilidad posible de los jóvenes en el ambiente y
la vida del Oratorio; suscitar la participación y el asociacionismo juvenil en
torno al Movimiento Juvenil Salesiano.
·
Aumentar
la corresponsabilidad de los adultos, es
decir, que aprendan a compartir con los jóvenes un ambiente de amistad, una
propuesta educativa de vida y una experiencia de familia y comunidad. Su
presencia continuada es un elemento de estabilidad y de madurez importante en
la vida variable del Oratorio. Entre los adultos, cuya presencia consideramos
importante en el Oratorio–Centro Juvenil, enumeramos los adultos con funciones específicas de animación, los
padres de los muchachos, especialmente los que desean colaborar en la acción
educativa, y los miembros de la Familia Salesiana.
·
Cuidar
la formación de los seglares educadores y
de los jóvenes animadores; dedicar personas y recursos, en un continuo
esfuerzo de cualificación educativa, cristiana y salesiana de los educadores y,
sobre todo, de los jóvenes más maduros y capaces de asumir responsabilidades, a
través de la escuela de animadores, campamentos, cursos, retiros, encuentros,
etc.
·
Promover
la presencia y la inserción
significativas del Oratorio–Centro Juvenil en la zona y en la Iglesia
local, poniendo especial atención en los
alejados y en los jóvenes en peligro, mediante el conocimiento de parte de la
CEP de los ambientes de normalidad y de malestar juvenil en la zona, así como
de los núcleos sociales y eclesiales que operan en ella; promoviendo
iniciativas concretas de búsqueda de muchachos en el lugar en que se
encuentren, especialmente cuando no reciben respuesta educativa a sus
necesidades e intereses; hasta llegar a comprometerse en una coordinación
permanente con otros organismos civiles y eclesiales. Formar y desarrollar esta
animación, a través del voluntariado, con un estilo de gratuidad.
2.2.2
Servicios de animación y gobierno
Si bien todos están involucrados en la
animación, hay algunas funciones específicas que conviene remarcar.
a.
La comunidad salesiana
Toda la comunidad
salesiana, en su conjunto, tiene una función específica de animación
Oratorio–Centro Juvenil. Todos los hermanos de la casa, y no sólo los encargados,
son los responsables de la identidad salesiana, de la convocación de los adultos
y jóvenes animadores en la CEP, de su formación permanente y de la apertura e
inserción en la zona y en la Iglesia local.
Dicha animación se realiza mediante:
- el testimonio de
comunión fraterna y de apertura cordial a los jóvenes;
- el ofrecimiento de
experiencias de fe y de oración compartidas con ellos;
- la participación activa
en la elaboración y revisión periódica del PEPS local, y
- la apertura atenta de
la comunidad a la realidad social de la zona.
b. El
encargado del Oratorio–Centro Juvenil
Su figura se inspira en
la de Don Bosco del Oratorio: con vocación, simpatía y competencia en el
trabajo entre los jóvenes; espíritu apostólico, capacidad de entablar
relaciones directas y profundas con los colaboradores, y de tener presencia
estimulante entre los jóvenes; creatividad y decisión para renovar propuestas y
comunicar entusiasmo; preocupación por la unidad operativa del equipo y de su
crecimiento en Cristo.
En profunda sintonía con
la comunidad salesiana:
- promueve el PEPS
elaborado, actuado y revisado con toda la CEP;
- coordina a todos los
que trabajan en el Oratorio y a los diversos grupos y comisiones;
- promueve su conexión y
colaboración con otras fuerzas operantes en la zona o en la Iglesia local en
favor de la educación o del mundo juvenil; y
- asegura la inserción
del Oratorio–Centro Juvenil en la comunidad cristiana parroquial.
c. Los
animadores, adultos y jóvenes
La función de los
animadores, como parte integrante de la CEP, consiste en:
- ser punto de referencia
para los chicos y jóvenes, viviendo los valores que proponen, aceptando un
proyecto de hombre y de mujer según el Evangelio y esforzándose en realizarlo
progresivamente en la propia vida;
- vivir de cerca la
realidad de los jóvenes, dedicar tiempo a estar en medio de ellos, compartir y
apreciar lo que les agrada y favorecer su maduración integral;
- animar el Proyecto del
Oratorio–Centro Juvenil mediante la responsabilidad y la coordinación de los
diversos grupos y actividades propuestas, garantizando siempre el protagonismo y la corresponsabilidad de los jóvenes;
- favorecer la relación entre las personas y
los grupos en un clima de escucha y de respeto a todos; y
- trabajar en equipo y
mantenerse en un continuo proceso de formación como educadores.
El servicio de animación
se desarrolla dentro del estilo del voluntariado y de la gratuidad. Si por
cualquier trabajo más profesional, sobre todo en relación con actividades de
asociaciones civilmente reconocidas en el Oratorio, conviene dar una compensación
económica o hacer un contrato de trabajo, actúese siempre conforme a la ley y con absoluta
transparencia, pero siempre desde el estilo del voluntariado.
d.
El Consejo del Oratorio
Las funciones de
animación descritas se coordinan a través de distintos organismos. Entre estos,
consideramos importante el Consejo del
Oratorio–Centro Juvenil o Consejo de
la CEP del Oratorio (cf. CG24, 161).
Su composición y su
funcionamiento obedecen a esquemas y criterios dinámicos, pero también de
continuidad, según las orientaciones del Inspector con su Consejo (CG24, 171).
Sus incumbencias son:
- promover y evaluar el
proyecto pastoral anual según las principales exigencias de la condición
juvenil y las orientaciones del PEPS;
- coordinar las varias
propuestas educativas de las asociaciones y de los grupos, y cuidar la
armonización e integración entre los varios momentos de promoción humana, de
evangelización y de catequesis, de celebración litúrgica y de compromiso
caritativo y misionero;
- favorecer el
asociacionismo salesiano, el intercambio de información y la coordinación entre
los diversos grupos y asociaciones;
- mantener una relación
estrecha con la zona y con todos los que trabajan por la educación de los
jóvenes, favoreciendo intervenciones y propuestas idóneas a las situaciones de
marginación y peligro, y de indiferencia religiosa; y
- ayudar al crecimiento
religioso y profesional de todos los miembros de la CEP por medio de una
formación sistemática.
Dentro del Consejo y bajo
su dependencia, se pueden constituir grupos o comisiones con el encargo
específico de atender grandes sectores de actividad. Entre estas, son
importantes la comisión o equipo de pastoral y la comisión de economía.
3. LA
PROPUESTA EDUCATIVO–PASTORAL
La propuesta del Oratorio–Centro
Juvenil ofrece a los jóvenes la posibilidad de hacer una auténtica experiencia
de vida juvenil, que les ayude a conocer con agrado el mundo y a juzgarlo a la
luz del Evangelio, a tomar conciencia siempre más precisa de sí mismos y de los
otros, y de ser personas en la sociedad y en la Iglesia; de vivir con dinamismo
la propia juventud y a construir un proyecto de vida inspirado en el Evangelio. Tal propuesta se hace realidad a través de un itinerario básico y otros
específicos, según los intereses de los jóvenes, por lo cual cada uno, eligiendo entre las diversas posibilidades de
participación que se le ofrecen, puede situarse en el itinerario más adecuado a
su propio nivel de maduración.
3.1. Contenido de la
propuesta
Esta propuesta se concreta en tres
aspectos complementarios:
3.1.1 La
convocatoria juvenil
El primer elemento de la
propuesta del Oratorio–Centro Juvenil Salesiano es su capacidad de interesar a
los chicos y jóvenes para que brote en ellos el sentido de lo humano, para que
surjan las preguntas y emerja cuanto de religioso lleva el joven dentro de sí
mismo, por tradición, ambiente o familia.
·
Esta
convocación se hace a través de:
- un ambiente abierto y
rico en propuestas y actividades según los diversos intereses de los jóvenes;
- el esfuerzo de los animadores
por hacerlo conocer y por invitar a todos;
- la acogida personal y
la pertenencia a un grupo, que les permita una participación activa; y
- la búsqueda del
encuentro y el diálogo personal.
3.1.2 Un
camino educativo
Esta
convocatoria juvenil abre una propuesta de creatividad personal y libre y de
socialización que desarrolle los recursos positivos de las personas y grupos, y
que promueva un proceso de crecimiento en las diversas dimensiones de la
persona según los valores de la espiritualidad salesiana.
·
Esta
experiencia supone:
- una propuesta múltiple
y variada (deportiva, recreativa, cultural, social,…) que abarca todos los
aspectos más significativos de la vitalidad y del proceso evolutivo del joven;
- la participación en la
programación, realización y revisión de las actividades de la comunidad
oratoriana, por medio de diversos grupos y comisiones;
- el conocimiento gradual
y recíproco, la estima mutua y la capacidad de encuentro y de participación;
- experiencias de
solidaridad y de servicio gratuito a los demás, proporcionadas a la edad y a la
evolución; y
-
momentos
de formación en torno a las experiencias de la misma vida cotidiana, sobre
temas educativos, culturales o sociales significativos.
3.1.3 Un
proceso de evangelización
El
desarrollo de este camino se abre a una propuesta de fe, que conduzca a un
encuentro personal con Cristo y se desarrolle en un itinerario de crecimiento
en la fe, hacia la búsqueda de la
identidad cristiana, según la Espiritualidad Juvenil Salesiana y la opción vocacional.
·
Esta
propuesta evangelizadora ha de ser:
- misionera, adaptada a
la situación de los más alejados, que
despierte el interés y las ganas de hacer camino;
- positiva, hecha a
partir de la vida, según las aspiraciones y necesidades de los jóvenes;
- rica y variada, en
proporción a las posibilidades y a los ritmos de maduración, y
- consistente y
comprometida, orientada hacia un crecimiento sistemático y progresivo, que
llegue hasta una opción vocacional cristiana.
3.2.
Mediaciones fundamentales
·
El grupo
El Oratorio–Centro
Juvenil salesiano opta por la vida de grupo y del asociacionismo salesiano como
una experiencia educativa fundamental.
Ofrece una propuesta
articulada de grupos y asociaciones diversas según los intereses juveniles en
torno a los cuales se organizan: grupos espontáneos, en los que prevalecen los
líderes naturales y los intereses inmediatos; y también grupos propuestos, con una estructura propia y un
itinerario formativo (grupos deportivos, de compromiso cultural, social, de formación,
de profundización religiosa, de sensibilización misionera, de animación
interna, etc. …).
En estos grupos
favorecemos:
- el crecimiento del sentido de pertenencia a la CEP del
Oratorio y al Movimiento Juvenil Salesiano;
- la apertura, desde los
intereses más inmediatos y superficiales, a los intereses más profundos, hasta asumir un compromiso de servicio a
los demás, tanto en el ámbito del Oratorio/Centro Juvenil como fuera de él;
- la aceptación y
evaluación de las experiencias de vida del mismo grupo y del ambiente, hasta
suscitar la búsqueda de nuevas
experiencias, que ayuden a profundizar las interrogantes religiosas y la
búsqueda de sentido;
- un proceso de formación cada vez más sistemático y
explícitamente cristiano; y
-
el asociacionismo entre los grupos para
aumentar la capacidad de crear agregación, de crecer en la solidaridad, de
producir y difundir una cultura propia en diálogo y confrontación con otras
culturas presentes en la zona y de participar en la vida civil al servicio de
la juventud. A todos los grupos les se propone coordinarse en el Movimiento
Juvenil Salesiano.
·
Las actividades
La actividad es el
momento específico del Oratorio–Centro Juvenil, como las horas de enseñanza lo
son en el campo escolar.
La actividad es también
el nexo de comunicación entre el grupo y «el número más grande». El primero
prepara, propone, asegura la permanencia y la progresión; la masa participa, se
enriquece, madura.
En cada actividad
buscamos:
- responder a una necesidad de la vida de los jóvenes, descubriendo y
desarrollando sus intrínsecas posibilidades educativas;
- establecer objetivos formativos según el PEPS del
Oratorio–Centro Juvenil, privilegiando las de mayores contenido y riqueza; y
-
coordinarla y abrirla
a otros ambientes y realidades de la zona para no perder la visión de conjunto.
Entre las actividades más
específicas del Oratorio–Centrro Juvenil están el juego y el deporte, tanto el
espontáneo como el organizado, la música y el teatro, los paseos y el turismo
juvenil, campamentos o salidas a terreno, etc.
Es importante que todas
estas actividades estén bien articuladas y coordinadas dentro de la vida del
Oratorio–Centro Juvenil, y favorezcan momentos y encuentros comunes.
·
Experiencias de servicio
y de solidaridad
Pensamos que las
posibilidades del Oratorio–Centro Juvenil aumentan su radio de acción a través
de la prestación de los servicios exigidos por la maduración de los jóvenes y
la demandas de barrio: asistencia escolar, orientación vocacional y profesional,
clases nocturnas, consultorios, iniciativas sociales al servicio de la zona,
etc. …
Estos servicios responden
a:
- las necesidades de los
más necesitados,
- la inspiración
evangélica y a la especificidad salesiana en los contenidos y modalidades de
intervención, y
- a las posibilidades
concretas del personal que presta esos servicios.
BIBLIOGRAFÍA PARA
PROFUNDIZAR
F. Floris – M. Delpiano, L’Oratorio dei giovani.
Una proposta di animazione, LDC, Leumann. Torino, 1992.
J. E. Vecchi,
voz Oratorio, in Dizionario di Pastorale Giovanile, o.c., pp. 615-621.